jueves, 18 de julio de 2013

Me gusta cuando llueve: quedarme en casa

Ya os dije que salir a pasear bajo la lluvia con o sin paraguas me parece una gozada.

Pero tambien es estupendo quedarse en casa. Yo soy muy casera, y me encanta lo de quedarme leyendo o viendo una peli, con la mantita... por eso mola aún más cuando además de llover hace frio o, mejor todavía, viento (porque la lluvia mola, el viento no).

La lluvia es una forma de hacer acogedor un hogar, incluso si vives en una habitación de 14 m2 en una mansarda de Bruselas donde sólo se agolpan una cama, un armario, una mesa y la cocina eléctrica, oye, es ponerse a llover fuera y te sientes resguardada y calentita, en la gloria, como si vivieses en un palacio. Y sin gastarte pasta en decoración.

Cuanto peor es el tiempo fuera, más acogedora es tu casa.

También mola ver las gotas en el cristal (aunque luego haya que limpiarlos, que eso si es un coñazo), y escuchar el ruido. Eso es lo mejor de todo.

En el pueblo sigo teniendo la habitación en la buhardilla. Las buhardillas son super cucas, muy románticas, recuerdan así como a París, pero además son pequeñas, la mitad del espacio se pierde por la altura decreciente y hace mucho frio en invierno y calor en verano.

Pero no os imaginais cómo mola estar en la cama mientras llueve. Sobre todo el fin de semana, cuando no hay que madrugar. El ruido de la luvia sobre las tejas se oye mucho más y cualquier llovizna parece una tormenta, se está tan a gustito!

Hasta que te cae una gotera en la cama. Si, eso también me ha pasado. Dos veces. La primera tenia un vestido estirado sobre la cama para que no se arrugase y cuando me lo fui a poner estaba empapado. Y al cabo de unos dias descubrimos que no habiamos arregado bien la gotera, ya que mientras dormía empecé a oir un goteo y tuve que levantarme a por un cubo.

Pero, aún asi, !merece la pena!

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