ste ha sido un fin de semana raro porque aún no sé si lo de haber acabado mis prácticas me produce 100% alegría o también algo de melancolía... En el fondo creo que quiero echar de menos algo, que me dé un poco de penita (siempre me ha pasado, incluso al dejar mi peor trabajo) y, sin embargo, no encuentro ni un ápice de tristeza, y eso me hace sentir poco humana (soy una rara????)
Si hubiese podido quedarme con algo de estos meses sería el gatito que ya os enseñé y los mapas de mi despacho:
O a lo mejor es que no echo de menos el trabajo porque no me ha dado tiempo. ¿Será que, como ha sido un fin de semana ajetreado, eso me ha mantenido distraída?.
Porque este fin de semana he hecho muffins de chocolate y una tarta salada para unos amigos que han sido papás, así podrán dedicarse a Marcos y a intentar descansar sin tener que estar pendientes de hacer la cena.
Aunque también han cocinado para mi: arroz con calamares en su tinta.
También he estado distraída porque ha sido el cumple de mi novio. 32 añazos ya...nos hacemos viejos.
Le regale un libro y un huevo. La idea la copié de Anita (que la sacó de otro blog).
En el huevo no había un pollito, sino un vale por dos camisas hechas a medida. Me encantó esta forma de presentar los vale regalo. Y la cara de A. fue impagable...cogió el huevo, empezó a mirarlo por todos lados mientras decía con voz de desorientado: "!uy!, un huevito..." y rebuscaba en la cajita por si se estaba perdiendo algo. Hasta que no le insistí ni se atrevía a cascarlo!!!
O, a lo mejor, no echo de menos el Ministerio porque, a mi manera, sigo metida de lleno en las relaciones internacionales. Esta mañana he tomado un té Dutch en una taza italiana. Bienvenidos a la gobalización, amigos.
Si hubiese podido quedarme con algo de estos meses sería el gatito que ya os enseñé y los mapas de mi despacho:
O a lo mejor es que no echo de menos el trabajo porque no me ha dado tiempo. ¿Será que, como ha sido un fin de semana ajetreado, eso me ha mantenido distraída?.
Porque este fin de semana he hecho muffins de chocolate y una tarta salada para unos amigos que han sido papás, así podrán dedicarse a Marcos y a intentar descansar sin tener que estar pendientes de hacer la cena.
Aunque también han cocinado para mi: arroz con calamares en su tinta.
También he estado distraída porque ha sido el cumple de mi novio. 32 añazos ya...nos hacemos viejos.
Le regale un libro y un huevo. La idea la copié de Anita (que la sacó de otro blog).
En el huevo no había un pollito, sino un vale por dos camisas hechas a medida. Me encantó esta forma de presentar los vale regalo. Y la cara de A. fue impagable...cogió el huevo, empezó a mirarlo por todos lados mientras decía con voz de desorientado: "!uy!, un huevito..." y rebuscaba en la cajita por si se estaba perdiendo algo. Hasta que no le insistí ni se atrevía a cascarlo!!!
O, a lo mejor, no echo de menos el Ministerio porque, a mi manera, sigo metida de lleno en las relaciones internacionales. Esta mañana he tomado un té Dutch en una taza italiana. Bienvenidos a la gobalización, amigos.
1 comentario:
todo lo que empieza se acaba y a veces es para mejor, ahora tendras mas tiempo parati y mira que decir nos hacemos viejos, entonces yo que estoy para morirme, espero que todo te salga bien vieja, bessssssssssss y felicita a tu novio
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